Para la mayoría de nosotros, cuando imaginamos el momento en que nuestro bebé llega al mundo, imaginamos que sentiremos este vínculo instantáneo entre nuestro bebé y nosotros. Pensamos que en el mismo momento en que miremos a nuestro bebé a los ojos nos sentiremos completamente conectados. Sin embargo, la verdad es que no siempre funciona así. El vínculo de apego es un proceso que se desarrolla con el tiempo entre usted y su bebé. Este vínculo se produce de forma natural a medida que cuida y presta atención a su bebé. Es la relación duradera que es interactiva en la que tanto usted como su bebé participan en el aprendizaje mutuo. Pero el hecho de que sea natural no significa que siempre sea fácil o libre de estrés. Es muy normal sentirse inseguro, asustado o incluso desconectado al principio.
Aquí hay cinco herramientas sencillas que puedes utilizar para comenzar a construir un vínculo de apego seguro con tu bebé:
1. Contacto piel con piel (también conocido como método canguro): las investigaciones sobre el contacto piel con piel entre padres e hijos después del nacimiento muestran que contribuye a una mejor regulación del estado de alerta, menor estrés, ciclos de sueño-vigilia más organizados, períodos más prolongados de sueño reparador y tranquilidad general en los bebés pequeños. Esto simplemente consiste en sostener al recién nacido contra su pecho o abdomen, con la piel desnuda en contacto.
2. Contacto visual: Cuando un bebé nace, se concentra mejor en objetos que están a una distancia de entre 20 y 25 cm. Esta es la distancia perfecta entre la cara del bebé y la tuya cuando lo tienes en brazos. Una de las primeras comunicaciones que se establecen entre tú y tu bebé es a través del contacto visual. Es importante establecer contacto visual con tu bebé todos los días. Cuando lo amamantes, no estés todo el tiempo mirando televisión, hablando con otra persona o planeando tu día en tu cabeza. Mantente presente y concéntrate en el bebé. Los bebés muy pequeños estudian las caras de sus cuidadores, concentrándose especialmente en los ojos.
3. Reflejar: A medida que establece contacto visual con su bebé y se estudian mutuamente, comenzará a reflejar las expresiones y los movimientos de su bebé. El bebé puede bostezar o inclinar la cabeza, y usted puede reflejar estos movimientos. Repita los sonidos que hace mientras lo mira a los ojos. Los bebés también nos hacen esto. Sabemos que un sistema básico de neuronas espejo está presente al nacer. Los recién nacidos de tan solo 18 horas de vida pueden imitar ciertos movimientos faciales. Si saca la lengua, su recién nacido puede copiarlo. La capacidad de imitación que surge del reflejo mutuo desarrolla habilidades físicas, sociales y cognitivas.
4. Narración: Háblele a su bebé; dígale lo que está mirando o haciendo. Nombre objetos familiares mientras los toca o se los acerca al bebé. Hablarle a su bebé no solo fortalecerá su vínculo con él, sino que también lo ayudará a desarrollar habilidades lingüísticas. Repítale a su bebé los sonidos que hace y hágale preguntas. Haga una pausa y espere una respuesta. Es posible que su bebé le devuelva una sonrisa o un arrullo y estará aprendiendo el arte de la comunicación.
5. Tacto/masaje: Los bebés son muy sensoriales. Gran parte de su aprendizaje inicial se produce mediante la estimulación de sus sentidos. Darle a tu bebé un masaje diario es una forma maravillosa de calmarlo y conectar con él. Las investigaciones demuestran que el masaje infantil no solo calma y tranquiliza al bebé, sino que los bebés que reciben masajes tienden a llorar menos, dormir más y obtener cierto alivio de los gases y los cólicos. El tacto y las cosquillas también son muy importantes para desarrollar la conciencia corporal.