Por más que esperes sentir un amor inmediato y total cuando nazca tu segundo bebé, esos sentimientos no siempre son instantáneos. Muchas veces, es el proceso diario en el que tú y tu bebé se van conociendo lo que forma el vínculo único entre ambos.
Cuando este tema surge en mis clases, siempre recuerdo cuando mi mejor amiga llegó a casa del hospital con su segundo hijo. Me llamó llorando y muy preocupada porque no sentía el mismo vínculo con su recién nacido que con el primero y tenía miedo de no sentirlo nunca. Tenía un bebé de 18 meses en casa del que estaba completamente enamorada. Entre lágrimas, logró decir con valentía: “Tengo miedo. Creo que lo arruiné todo”.
En realidad, es bastante común que los sentimientos de apego lleguen más tarde o más lentamente con el segundo hijo que con el primero. Tu amor ya ha sido asignado al primogénito, que es el centro de tu universo. Al igual que mi amiga, muchas mujeres pueden temer que dedicarse a un segundo hijo signifique de alguna manera ser desleal al primero. A muchos padres les preocupa que el primer hijo no se adapte. Les preocupa herir los sentimientos de su hijo cuando le prestan atención al bebé. Les preocupa que el hijo mayor se sienta menos amado. Les preocupa que su relación con el primero cambie irrevocablemente. ¡La preocupación y la culpa pueden resultar bastante abrumadoras!
Si esta es tu experiencia, debes saber que no estás sola y que estos sentimientos pasarán. Puede que el vínculo no se produzca instantáneamente, pero lo hará. Al igual que mi mejor amiga, no eres una mala madre si no te enamoras perdidamente de tu segundo hijo en el momento en que lo pones en tus brazos. Del mismo modo, no eres una mala madre si tu primogénito necesita esperar unos minutos para que lo ayudes cuando estás en medio de alimentarlo o cambiarlo. Incluso es posible que tu nivel de paciencia disminuya cuando le grites a tu primogénito por no escucharte o por portarse mal.
En definitiva, el hecho de que te sientas culpable demuestra lo mucho que amas a tu familia. Ser un gran padre es muy importante para ti y no quieres decepcionar a nadie. Pero debes confiar en que tu forma de criar a tus hijos es suficiente. Tu amor por tu familia es suficiente. Lo que eres es suficiente.
Por Jill Campbell, Psy.D.